Queridos Reyes Magos de Oriente
Este año he pensado mucho en lo que quiero. No son cosas materiales, no hay lista de Amazon ni enlaces a “polladitas” de diseño. Porque, siendo honestos, lo que de verdad deseo no cabe en una caja ni se envuelve con un lazo bonito.
Quiero pedir tiempo.
Pero no cualquier tiempo, sino tiempo de calidad, ese que parece escurrirse entre reuniones, deadlines y notificaciones. Tiempo para crear, para equivocarme, para repensar sin la presión (y precisión) constante de “esto tiene que salir ya”.
Quiero claridad.
Porque en el mundo del diseño (y en la vida) a veces es fácil perderse en los detalles. Pedir claridad es pedir menos ruido, menos distracciones, y más confianza en lo que realmente importa. Quiero ver con nitidez qué camino tomar y, sobre todo, aprender a disfrutar del proceso, aunque no siempre sepa dónde voy.
Quiero ganas.
De esas que no se compran, que nacen solas cuando haces lo que te llena de verdad (algo así como ese fuego interior). Porque no siempre tengo ese impulso, y últimamente he aprendido que también está bien parar y pedir ayuda. Pero si este año puede traerme un extra de inspiración, estaré agradecida, sobre todo el saber mejor donde mirar.
Quiero luz para los días grises.
Y no me refiero solo a la luz natural que tanto necesitamos los creativos (aunque un poco más de calor tampoco estaría mal en la meseta). Hablo de esa chispa que ilumina ideas, de esas personas que con solo una conversación te recargan las pilas.
Y, por último, quiero equilibrio.
Entre lo que hago para otros, lo que hago para mí y lo que me gusta. Entre los “tengo que” y los “quiero”. Porque sé que no es fácil, pero creo que el equilibrio es ese diseño perfecto que todos buscamos. Ese diseño democrático fuera de egos.
No sé si lo que pido es mucho o poco. Pero sé que, si llega aunque sea un poco de todo esto, estaré más que agradecida. Ah! y si queda algo de magia en el saco, repartirla entre todos los que también están buscando. Que la vida, al final, se trata de seguir creando, aprendiendo y compartiendo.
Los sueños también se diseñan, y yo, tengo uno para este año.